Aprender del pasado

Las franjas etarias extremas (jóvenes y adultos mayores) registran mayores niveles de vulnerabilidad económico-social. En particular, la población juvenil más desamparada es rotulada como Ni- Ni (Ni estudian, ni trabajan).
La socióloga María del Carmen Feijoó explica en Los Ni-Ni: una visión mitológica de los jóvenes latinoamericanos que “la referencia a los jóvenes como Ni-Ni supone que serlo es una decisión de carácter personal. Lo es, en la decisión de dejar o seguir en la escuela o incorporarse al mercado de trabajo. Pero esta decisión se subordina a los ciclos de obligatoriedad escolar de los países, las necesidades propias o del hogar y las oportunidades del mercado de trabajo. Es decir que no hay decisión subjetiva al margen de las condiciones sociales propias de cada contexto” (Voces del Fénix Nro. 51).
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